Furioso
Cuando llegó Christian, el padre de Hannah, estaba furioso. Vio a su hija sentada con lágrimas en la cara y miró a todos los presentes, absolutamente incrédulo.
Era un ex-soldado y no iba a tolerar esto. Cuanto más miraba a Hannah, más le hervía la sangre. Quienquiera que hubiera hecho esto lo iba a pagar caro.