Ascendiendo
Dos años después, Mary encontró trabajo como peluquera en su ciudad. Su último sueño era abrir su propio salón donde pudiera explorar todo lo que el arte de la peluquería podía ofrecer.
Trabajó durante cuatro años, viendo todo lo bueno y lo malo que traía su profesión. Estaba segura de haberlo visto todo hasta aquella fatídica mañana de sábado.