Una Petición Desgarradora
“Córtalo todo”, dijo la chica mientras Mary se quedaba mirando su pelo. Estaba enmarañado y desordenado, con gruesos mechones que no habían visto un peine en mucho tiempo. “¿Por qué quieres que te lo corte?” preguntó María, viendo ya que tendría que despejar su agenda para el resto del día.
“Porque no vale nada”, dijo la chica. “No valgo nada”. Sus ojos se humedecieron de lágrimas: “Por favor, córtalo todo”.